Cuándo hay que temer a un volcán
Los volcanes representan junto con los terremotos una de las manifestaciones de las placas tectónicas.
Las diferentes caras del vulcanismo
Prácticamente todo el vulcanismo en el mundo está en los límites entre dos placas. Un segundo tipo de vulcanismo, llamado punto caliente, es independiente de estos movimientos de placa.
Este fenómeno es el resultado de un aumento en la superficie de un magma profundo, pero sus manifestaciones superficiales pueden diferir de una erupción a otra. Hay dos tipos de erupciones: explosivas o efusivas. Las manifestaciones superficiales de la actividad volcánica son numerosas.
Las nubes ardientes son emisiones brutales y dirigidas de una mezcla de gases calientes que transportan rocas a más de 800º C llamadas tefras, típicas del vulcanismo explosivo. El conjunto y cuya temperatura alcanza los 500º C, corre a los flancos del volcán a velocidades de 200 a 500 km / h, y alcanza grandes distancias.
Los humos emanan tanto durante una erupción explosiva como durante una erupción efusiva. También pueden ser más o menos continuos entre las fases eruptivas. Los gases se emiten en el hocico del volcán y en forma de fumarolas en los flancos.
A veces se añaden fenómenos complementarios a las erupciones. El más importante de estos es el deslizamiento de lodo o lahar, que es la consecuencia de una fuerte afluencia de agua (precipitación) sobre la ceniza volcánica, lo que forma torrentes reales de barro.
Los terremotos también pueden acompañar erupciones volcánicas y causar deslizamientos de tierra.
Finalmente las explosiones violentas, los terremotos, las erupciones volcánicas submarinas o los deslizamientos de tierra, si se producen en el mar o cerca de la costa, pueden ser la causa de las marejadas, también llamado tsunami.
¿Qué problemas ocasionan?
Los problemas que esto ocasiona en el hombre y que son una de las principales amenazas relacionadas con el vulcanismo son las nubes ardientes, que son especialmente mortales y son conocidas con el nombre de lahares, pudiendo cubrir rápidamente el suelo bajo un metro de barro.
También están los tsunamis, especialmente porque pueden golpear y destruir poblaciones ubicadas en una costa lejana de un volcán, tan poco preparadas para este tipo de situación.
En menor medida, las caídas de tefra, los desprendimientos de tierra, los gases tóxicos y los flujos de lava también son peligrosos para los humanos. Hay que decir que los volcanes también tienen aspectos positivos, ya que son una gran fuente de varios minerales como el azufre, cobre, oro, plata y energía geotérmica.
Los riesgos económicos
El daño material que varía según el tipo de manifestación del vulcanismo puede ser muy importante, incluso si no hay pérdidas humanas.
Las nubes ardientes destruyen todo a su paso, lo que lo convierte en el fenómeno volcánico más devastador. Los flujos de lava y barro pueden cubrir lentamente al principio para avanzar después más rápido ciudades enteras. Las cenizas pueden depositarse y acumular varios metros de espesor y, por lo tanto, provocar el colapso de los edificios.
Los deslizamientos de tierra y dependiendo de su tamaño, pueden afectar a una aldea, un barrio o una ciudad entera.
Finalmente, los tsunamis pueden viajar lejos y crear daños a varios kilómetros de la costa. La evacuación de las poblaciones también puede generar pérdidas de producción y, por lo tanto, afectar a la economía local.
Problemas medioambientales
Si las consecuencias de una erupción volcánica suelen ser desastrosas a corto plazo para el medio ambiente (similares a las que afectan a la vida humana), pueden ser beneficiosas a largo plazo.
De hecho, las erupciones volcánicas traen a la superficie del globo una gran cantidad de minerales favorables para el desarrollo de la flora. Los suelos volcánicos son por lo tanto muy fértiles, lo que explica el desarrollo de algunas civilizaciones alrededor de estos.
La protección de las poblaciones requiere medidas colectivas y medidas individuales
La prevención
Para el riesgo volcánico, la prevención es ante todo un estudio exhaustivo de la historia del volcán.
Este estudio histórico no solo permite comprender el funcionamiento del volcán y en particular, predecir qué tipo de fenómeno es probable que ocurra, sino también elaborar un mapa de ubicación de eventos pasados.
La combinación de estos dos puntos conduce a un mapa de las áreas en peligro de extinción. En otras palabras, el pasado es la clave del futuro.
La protección
Debido a los poderes involucrados en las erupciones volcánicas (hasta diez millones de veces más poderosas que la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945), la protección de la propiedad contra el riesgo volcánico es a día de hoy poco realista. Actualmente, la única protección posible es la evacuación de poblaciones a un área fuera de su alcance.
Monitoreo y advertencia
El estudio en tiempo real de la actividad de un volcán puede prevenir la llegada de una nueva erupción y así preparar la evacuación de la población.
Una erupción volcánica está precedida por varias señales de advertencia, incluidos los terremotos dentro del edificio volcánico. La evolución de otros parámetros geofísicos y geoquímicos, así como la deformación del volcán (aumento de la temperatura, la naturaleza de los gases emitidos, la hinchazón del volcán, etc.) también pueden estar anunciando la inminencia de una erupción.
El Instituto de Física de la Tierra en París es responsable de monitorear los tres volcanes más activos en el extranjero. Cuando uno o más parámetros cambian significativamente, las autoridades activan uno de los tres niveles de alerta:
- Alerta de vigilancia temprana: movilización de los servicios estatales e información preventiva.
- Alerta: constitución de un centro de crisis y preparación de la evacuación.
- Evacuación: traslado de la población a los centros de alojamiento.